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Entrevista

HÉCTOR VALDÉS Y CÓMO MOLDEAR EL CUERPO, EN LA MEDICINA Y A TRAVÉS DEL ARTE

Por Alejandra Villasmil | Coordinadora de Comunicaciones de CHILARTe

Héctor Valdés, el doctor -como cariñosamente le llaman sus pacientes y conocidos-, es considerado uno de los cirujanos plásticos más influyentes y relevantes de Chile. Ha logrado reunir a los mejores médicos e interesarlos por el subjetivo campo de lo estético para formar la Sociedad Chilena de Medicina Estética.

Estudió medicina en la Universidad de Chile en Santiago y se especializó en la Sociedad Brasileña de Cirugía Plástica en Río de Janeiro, para luego realizar postgrados en la Universidad de Manhattan y en el New York Cornell Hospital.

Su sello y marca, HighCare, son conocidos tanto en Chile como en el extranjero. A la fecha, Valdés ha atendido a más de 25 mil personas de 40 nacionalidades de todos los continentes. Solo a su clínica en España llegan pacientes de todas partes del mundo.

Junto con ejercer la cirugía, el Dr. Valdés es un apasionado coleccionista, filántropo e, incluso, un curioso estudiante de arte, interesado y ya familiarizado con la escultura como otra forma de moldear cuerpos, trabajando sus materiales hasta poner al descubierto su potencial belleza y, más aún, develar –como en la cirugía estética- su poder transformador en la vida de las personas, elevando tanto nuestra sensación de bienestar como la capacidad de asombrarnos con nuestra propia anatomía, hasta el punto de llegar a  asumirnos como entes completos.

Chileno nacido en el año 1959 en Antofagasta, Héctor Valdés ha ido alimentando su pasión por el arte desde cuando quería estudiar arquitectura en lugar de medicina. Como nortino “de tomo y lomo”, va y vuelve de su región natal, y ha instalado desde hace algunos años -y como es lógico- su propia clínica en aquellas tierras secas, donde no existen ni escuelas ni museos de arte.

Ahora quiere llevar a esa región su último emprendimiento, CHILARTe, la Primera Feria de Arte en Pandemia del país, instalada en el Parque Arauco de Santiago desde el pasado mes julio y hasta diciembre próximo.

En esta entrevista, el Dr. Valdés habla de sus inicios, como médico, como estudiante de arte, como artista, y como filántropo y gestor, un alma dividida entre Chile y España que ve en el arte un espejo de la belleza y, también, un camino para la liberación del espíritu y la emancipación de los cuerpos.

Body Paint de Héctor Valdés

Tu interés por el arte y la gestión cultural comenzaron desde pequeño. Tú mamá era profesora de artes plásticas. Querías ser arquitecto, pero como tenías muy buenas notas, estudiaste medicina. Partamos entonces por tus inicios…

Así es, desde pequeño colaboraba en casa con manualidades que mi madre hacía; el dibujo y el diseño me acompañaron durante toda mi época escolar… se me hacía fácil. Y posiblemente jugó en mi contra las buenas notas que tenía en todas las asignaturas, por lo que se me empujó a estudiar medicina. Emocionalmente, se me hizo muy duro sobreponerme al dolor, al sufrimiento y a la incertidumbre frente a la vida. Así fue como, una vez terminada mi carrera en medicina, descubrí tras una larga búsqueda especialidades que realizaban muchas manualidades, como son la cirugía general y la traumatología. Finalmente, descubrí la cirugía plástica, donde se me abrió un mundo que compatibilizó la formación que tenía con mi enorme deseo de desarrollar un trabajo manual intenso, acompañándolo de proporción, belleza y estética.

Tanto la cirugía plástica como el arte –ciñéndonos a los cánones clásicos- tienen como fin último la belleza y, en cierto modo, la perfección de la forma. La belleza es, lógicamente, subjetiva. Para ti que te mueves en ambos mundos, que al final es uno solo, el de la estética, ¿qué es la belleza?

Belleza es armonía. La Belleza existe o se produce exclusivamente cuando una parte no riñe, no opaca, no desmerece, o no daña a cualquiera de los otros componentes del conjunto. Por ejemplo, un volcán en erupción. Nos parece bello en todo momento, excepto cuando comienza a dañar la vida de las personas, la flora y fauna del entorno, y entonces nos parece amenazante y perturbador. Belleza es lo contrario al aniquilamiento. Por eso la belleza se genera a partir de la creación.

Has pintado cuerpos femeninos, lo cual entra dentro de la práctica del body painting, para luego fotografiarlos. Como cirujano, esculpes cuerpos. Coméntanos de esta idea del cuerpo humano como un soporte más del arte.

En mi opinión, el cuerpo humano es en sí lo más sofisticado de todo lo que ha sido creado, y de la evolución. Y partiendo del concepto que la belleza surge a partir de la creación, pues el cuerpo humano es lo más bello que existe en el universo.

Cada vez que trabajo en el cuerpo humano como cirujano, moviendo tejidos, o incluso creando una forma nueva donde no lo había porque estoy reconstruyendo algo que faltaba por enfermedad o accidente, me siento infinitamente pequeño actuando sobre un soporte tan excepcional, ya que podemos modificar la forma de un tejido, pero lo que hacemos es apenas la aplicación de algo aprendido con estudio y técnica, pero sin magia. La magia está al interior de esta criatura intervenida accidentalmente, y que luego, de forma invisible, une todo, conecta todo, mantiene la vida de cada parte y del conjunto. Esa fuerza que está ahí, divina o no, pero que es la que genera la verdadera belleza de la reparación, de la vida y de la creación.

Pintar un cuerpo humano, o incluso operarlo, me parece algo tan menor frente a la descomunal evidencia de poder de belleza y creación de éste magnífico soporte que es el cuerpo humano en su totalidad.

Pintarlo, u operarlo, es casi un testimonio irrisorio de nuestra pequeñez frente a la verdadera belleza de la creación, pero es, como seres humanos, hasta dónde podemos llegar. Apenas dejando un pequeño testimonio de una intervención. Yo lo llamaría más bien una oda o un intento de llamar la atención para enaltecer la belleza de la creación.

Lobby de HighCare Clinic, Av. Pdte. Kennedy Lateral 5735, Las Condes, Región Metropolitana de Santiago de Chile. Cortesía: Dr. Héctor Valdés y High Care

Un concepto que has desarrollado a lo largo de tu carrera como cirujano y artista es el de ‘clínicas como espacios de arte’. Los lobbies de tus clínicas HighCare en Santiago y Madrid funcionan así. Más allá de tu pasión, de tu interés personal, es una forma de acercar el arte a las personas. Y aquí entra tu trabajo como gestor. ¿Cuál fue el primer evento o exposición que organizaste y cómo ha ido desenvolviéndose esa labor con el tiempo?

Esto es por qué creo que la belleza existe en cada lugar en el que hay una actitud sincera de trabajo hacia uno mismo y hacia los demás. El lugar de trabajo no puede ser un desorden de carpetas -si es una oficina- o de fruta desperdigada, si es una frutería. La belleza que no es natural nace a partir del trabajo, de dedicar y regalar tiempo a la comunidad y al entorno para crear algo que espontáneamente no existía. Y ahí es donde el arte se ennoblece y a la vez se ennoblece el trabajo en esa simbiosis de hacer ese algo artístico que podría no ser esencial para una labor técnica –como, por ejemplo, desarrollar el trabajo minero, o legal o médico-, pero que dedicando un tiempo adicional e interés podemos ir más allá de lo esencial del desempeño técnico en cada área de desarrollo humano, desde la propia vivienda y construcción, en la que ésta sobrepasa por lejos “lo esencial”, que es el cobijo para transformarse, a través del arte, en un espacio que genera esta sensación de bienestar que se ha ido consolidando a medida que la civilización evoluciona.  

Esto es, en mi opinión, la esencia de la estética y el arte: aportarnos bienestar, y por esto es que desde mi inicio profesional lo he considerado parte fundamental en mis espacios de trabajo y los que dedico a quienes buscan en mi profesión justamente lo mismo, algo más allá de lo esencial en su propio espacio, cuyo límite es su piel, y que va más allá de aceptar que éste cuerpo sirva para desplazarse e interactuar con su entorno, donde además se acepte el deterioro continuo de todo su soporte material, y que también, a través de la medicina, como lo es en la arquitectura, el paisajismo, el diseño o cualquier actividad que busca bienestar en el hábitat y el ambiente, también sea posible en el propio soporte material que nos contiene, que son los millones de diferentes células que nos contienen como individuo.

Desde que abrí mi primera consulta, con lo pequeña que era, de apenas unos 40 m² en el barrio de Providencia de Santiago, siempre tuve en cuenta el detalle por la decoración, el diseño y el arte. Y con los medios que tenía preparé cada esquina para que fuese un espacio de equilibrio visual y mental. Luego, años más tarde, cuando abrí mi primera clínica camino a Farellones, con casi 2000 m², me preocupé que desde la arquitectura a la decoración pareciese más bien una galería de arte. Había obras de arte en todas las habitaciones, pasillos, incluso en el quirófano con unos frescos pintados al inicio sobre los techos. Paralelamente, siempre allí recibía a los artistas y avanzábamos continuas exposiciones de arte en las instalaciones de esa clínica.

Hoy, que ya cuento con tres centros clínicos dedicados al bienestar, el arte es parte esencial en estos espacios, donde la pintura y la escultura tiene tal protagonismo que efectivamente parecen pequeños museos de arte contemporáneo.

Lobby de HighCare Clinic, Av. Pdte. Kennedy Lateral 5735, Las Condes, Región Metropolitana de Santiago de Chile. Cortesía: Dr. Héctor Valdés y High Care

Seguramente hay personas que nos leen que quieren hacer arte, pero no se atreven o dicen no encontrar el tiempo. ¿Cómo haces tú para darle espacio a la creación y la gestión artística teniendo una profesión tan demandante?

Es muy importante para cada persona no desarrollar su vida en torno a una sola actividad, así sea un gran deportista: no es saludable que se dedique exclusivamente al entrenamiento físico, aunque pareciese algo saludable. Salud es equilibrio entre todas nuestras capacidades y habilidades existentes, y las que hay por desarrollar. Es lo que nos fortalece en todo sentido y nos da integridad. Todos, independientemente de nuestros trabajos, debemos permitirnos un espacio para practicar otras actividades que desarrollarán otras habilidades, otras áreas de nuestro cerebro, y que nos reforzarán emociones positivas.

La práctica creativa nos da equilibrio, sabiduría, nos sociabiliza, y nos da humanidad. Habilidades manuales, la música, actividad física, el canto, hobbies, coleccionismo, diseño, lectura, poesía, teatro… En fin, todo lo que no pareciera cercano a nuestra profesión, sea lo que sea, nos enriquece tremendamente si dedicáramos un tiempo a ellas.

No terminaste estudiando arquitectura, pero desde 2019 estás estudiando Bellas Artes en la Universidad UOC (Madrid, España) y Escultura en la Escuela de Arte La Palma (Madrid, España). ¿Cómo llevas la vida de doctor-estudiante de arte? Veo que la escultura es lo tuyo.

Fue duro, pero lo hacía con mucha ilusión. Como tenía que entrar a las 8:00 de la mañana en una escuela de arte en el centro de Madrid, a la hora del atasco de entrada de la ciudad, mi hijo me hizo ver rápidamente que lo mejor era dejar la comodidad de mi automóvil y utilizar el metro, ¡algo que no hacía 25 años!… el subir las escaleras, ir con prisa con todos alrededor corriendo, el apretarse dentro de los vagones, donde iba cargado con mochila y bolsas de materiales, carpetas, maquetas… fue una experiencia dura, pero reconozco sentirme orgulloso de no haberla abandonado por el confort de decir “esto para qué lo necesito”. Porque tenía clarísimo el aporte de crecimiento personal y de cultura que me estaba aportando.

Muchos de mis compañeros, incluso jóvenes, abandonaron, pero llegué al final, y estoy feliz con todo lo que me ha aportado, con lo que ahora puedo transmitir a través de esta formación: contribuir al arte y con los artistas chilenos a través de la organización Chilarte.

Háblanos ya entonces de la creación de CHILARTe y cómo ves su proyección a futuro…

Es duro y será un camino difícil, pero me ilusiona ayudar, ya que la medicina es eso: ayudar, y en el arte pretendemos hacer lo mismo, ayudar a los artistas de Chile que no tienen acceso a los mercados de compradores, a vender y poder vivir de su arte.

¡Y estamos recién comenzando! Algunos artistas no han vendido en la feria, y eso no puedo aceptarlo y he dado instrucciones a mi equipo para que compren al menos una obra a cada uno de los artistas que ha expuesto, para apoyarles.

A la vez, seguiremos presentes en Santiago y en regiones. Pero nuestro objetivo está puesto fuera del país, que es donde queremos llevar a los artistas chilenos.  La feria ArtBo de Colombia ha hecho un magnífico trabajo para posicionar los artistas colombianos en el mundo, y es una de las fuentes de inspiración de nuestro proyecto. Tenemos mucho tiempo por delante, mucho trabajo, pero con la base del gran talento que existe en Chile, entre muchos lo lograremos.

Héctor Valdés. Cubo
Obra de Héctor Valdés

Quisiera volver a tu trabajo como artista. En tus esculturas, se hace inevitable la presencia del cuerpo humano. ¿Cómo describirías tu trabajo artístico, en cuanto a forma y en cuanto a conceptos?

Definitivamente, me incliné por la escultura porque me acerca mucho a lo que yo hago con el cuerpo humano. Llevo decenas de esculturas preparadas que aún no he enseñado. Durante la pandemia, en sus momentos más duros, pude dedicarme muchísimo a ellas. No quise definirme en un comienzo con una línea especial de trabajo, y me propuse lo que yo he llamado “un paseo por la escultura”, donde he ido aplicando lo aprendido, empezando con esculturas fruto de la descomposición de formas geométricas y volúmenes, como el cubo y la esfera, así como el desarrollo del concepto de “vacío” o hueco.

Así, desarrollé una serie de esculturas geométricas que la verdad han quedado estupendas: desde pequeños formatos de 20 cm hasta algunas de 2 m x 50 cm. Pero sí con el impulso por llegar a alguna evolución de lo figurativo, que es donde creo que finalmente llegaré, pero con intervenciones fuertes, sin miedos, que signifiquen impregnar la forma y el material con la fuerza que proporciona la cirugía, que te hace perder el miedo por los tejidos, ya que los doblas, los tuerces, pliegas, estiras, cambias de lugar, a pesar de que se deben mantener vivos. Luego de que haces eso, pierdes el miedo a estresar al máximo un material, sea piedra o hierro, para darle forma a tu escultura.

El atelier de Héctor Valdés, 2019, Palazzo Bembo, Venecia, Italia, en el marco de la 58° Bienal de Venecia, Cortesía del artista
El atelier de Héctor Valdés, 2019, Palazzo Bembo, Venecia, Italia, en el marco de la 58° Bienal de Venecia, Cortesía del artista

La muestra que presentaste en 2019 en el Palazzo Bembo, Venecia, Italia, en el marco de la 58° Bienal de Venecia, se tituló El atelier de Héctor Valdés. Fue el libro Cuerpos Pintados, de Roberto Edwards, el que despertó tu interés por llevar adelante este proyecto artístico. ¿Nos puedes contar brevemente sobre esa exposición, que mezcla cirugía estética, fotografía, video y body paint?

Así es, fue un proyecto muy ambicioso, y haberlo llevado a cabo realmente me parece increíble.  Fueron años de trabajo, 10 años, donde sin pensar en la Bienal de Venecia ni mucho menos, simplemente inspirado por el trabajo de Roberto Edwards, decidí dar un paso más allá, pintando cuerpos, pero esta vez no eran cuerpos perfectos en los que se aplicaba pintura, sino que cuerpos que en el proceso cambiaban, es decir, utilizando un soporte, el cuerpo humano, pero en un proceso de cambio, con un tejido abultado en el busto que luego no iba a ser tal, o con centímetros de exceso en el abdomen que luego ese soporte a la pintura se iba a reducir y cambiar.

Fue un proceso increíble: pacientes expectantes con su cirugía, con la obra de arte global que se estaba haciendo en ellas, con resultado de la fotografía, y que decidí plasmar como recuerdo en formato libro, de casi 300 páginas, un formato espectacular y que sorprendentemente aún no lo he presentado, porque tampoco tengo prisa.

Y, por otra parte, voy haciendo tantas cosas a la vez que no me da tiempo ni siquiera a enseñar las obras de arte que ido realizando, ya que compatibilizo todo con todo: el tiempo que dedico a mi pasión, que es la cirugía y la atención de mis pacientes. 

Y así fue como un día, recorriendo la Bienal de Arte de Venecia, y viendo lo bueno y lo no tan bueno de los trabajos presentados, que reflexioné que el trabajo que había realizado perfectamente podría tener cabida en una muestra de arte de esa magnitud.

Así es como postulé. Sin ningún patrocinio ni oficio, sino que, por mis propios medios, y mi trabajo fue aceptado por el Centro Cultural Europeo para ser presentado en una de las tantas exposiciones en paralelo que se desarrollan en esta fiesta del arte que es la Bienal de Venecia, en el maravilloso Palazzo Bembo, frente al gran canal de Venecia, ciudad que ha pasado a ser parte de mí, que la siento también bastante propia. Allí me siento en casa. Cada edición voy sea a la bienal de arte, o a la bienal de arquitectura.

Estás asociado a Women for Arts, Capítulo Chileno. Trabajando en cirugía plástica con tantas mujeres, esculpiendo sus cuerpos, encuentro ahí una relación lógica y consecuente. ¿Cómo ves las oportunidades de inserción, de visibilización y exposición, de las artistas mujeres en los circuitos del arte establecidos?

Es que soy un admirador absoluto de las mujeres. Trabajo sinceramente con ellas y para ellas, son mi soporte. Su cuerpo es el material con el que trabajo cada día, y con quienes tengo el lujo de conocer, de saber de su historia, de su vida, de cómo han llegado hasta el día de hoy, cuando me visitan y me piden alguna intervención en ellas, y examino sus cuerpos, que han pasado historias increíbles que los hombres desconocemos por completo, como es la evolución minuto a minuto de generar vida, el proceso de su embarazo, con la ilusión de un hijo que se desarrolla en su vientre y su cuerpo que cambia con ello. Que muchas veces se recupera, pero en la mayor parte de los casos no, y su cuerpo sufre consecuencias, a veces leves, a veces graves, luego de algo tan increíble como es la maternidad.

Esto y luego, como médico, el ver cómo una mujer posterga su vida, su tiempo libre, su trabajo, su vida personal, sus tiempos, a favor de sus hijos, es algo de lo que en Chile aún estamos lejos de ver, como lo que han ido consiguiendo algunas sociedades como las nórdicas, donde a pesar de todo nunca el hombre podrá igualar todo lo que hace la mujer, en la familia y en la sociedad. Y, por otra parte, qué mejor que poder rendirle tributo a través de mi trabajo, oírlas y ayudarles a reparar las huellas de tanta dedicación.

Y esto ya no es un asunto de que la mujer tenga los mismos espacios que el hombre, sino que el hombre y la sociedad deben llegar en algún momento a compensar todo lo que la mujer entrega a nuestra civilización y a nuestra sociedad. No hay posibilidad de igualdad. Es imposible, más bien, inalcanzable, ya que la mujer siempre superará al hombre, el que se defiende creando estructuras en las que prima la fuerza, poder o el status quo de leyes anacrónicas o ya agotadas.

Héctor Valdés. Cuerpos Pintados (Body Painting). Antes/Después
Héctor Valdés. Cuerpos Pintados (Body Painting). Antes/Después
Héctor Valdés. Cuerpos Pintados (Body Painting). Antes/Después

¿Cuáles son los y las artistas con los que más conectas?

Son los que van más allá, los que rompen lo existente, porque la vida es explorar, es ir más allá, es atreverse a no parar, no detenerse. Ese es el progreso en todas las áreas del conocimiento, y por supuesto también en el arte. Por eso conecto con cualquier artista que haya desafiado la inamovilidad, sea de la época que fuese. Son muchos, demasiados nombres, pero son los que han hecho aportes que han permitido la evolución del arte. Luego están los artistas de las vanguardias del siglo pasado y así, hoy, los que continúan explorando, atreviéndose, los que prueban otras técnicas, otros soportes, otros materiales, y en Chile tenemos muchos. Tenemos un arte fantástico, que no se conoce en el mundo, y es en lo que queremos ayudar a impulsar desde Chilarte.

Finalmente, y luego de haber estudiado arte y escultura en Europa, he desarrollado Chilarte para acercar la obra de los artistas al público. Ya tenemos agendadas dos exposiciones importantes en un par de ciudades en Chile antes de fin de año, y un proyecto para estar en todas las ciudades importantes del país el año 2022, además de revisar la versión nacional en Santiago.

Es la Semana de las Artes Visuales en Chile. Como gestor de una iniciativa como CHILARTe, que surge en medio de la pandemia para apoyar a artistas en tiempos de crisis, ¿cuál sería tu mensaje para ellos?

Que no desfallezcáis, que hay que seguir, nunca abandones tu talento, así implique trabajar a tiempo parcial en otra actividad hasta el momento en que puedas vivir de la venta de tus obras de arte. Eres único, y tienes un don especial, una mirada del entorno y del mundo única, que nos interesa a muchos. Y te queremos oír y ver, queremos, a través de tus obras, conocer tu mensaje. No lo apagues, cuéntanoslo, eres importante. Tu sensibilidad la necesitamos para crecer como personas y como sociedad.

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